Sabiduría clásica: el deporte como pilar fundamental

Los antiguos griegos daban una importancia capital a la formación física del individuo.

Para sus filósofos y pensadores, el ejercicio físico era un pilar fundamental no solo de la salud, sino también de la formación integral de la persona.

Hay mucho que podemos aprender de sus pensamientos e ideas, sin duda, incluso hoy en día, 2.400 años después.

En lo que respecta a la salud, no hay más que fijarse en uno de los preceptos básicos de la escuela hipocrática, según el cual la salud es consecuencia del adecuado equilibrio entre alimentos y ejercicios físicos y la enfermedad surge cuando se rompe ese equilibrio, ya sea por defecto o por exceso.

Para los antiguos griegos, ese concepto de equilibrio era muy importante en diversos ámbitos.

Aunque son varios los filósofos que hablaban de la importancia capital de la actividad física, nos vamos a centrar aquí en uno, en Platón.

Este, Platón, no era su nombre realmente, sino un apodo que le puso su profesor de gimnasia, un antiguo luchador, por su complexión robusta y espalda ancha. Eso es precisamente lo que significa Platón, “el ancho” o “espalda ancha”.

Platón fue él mismo un gran luchador, dedicado al deporte de la lucha toda su vida.

Hizo referencia a la importancia de la formación física en diversas obras, como en “La República”. Para él, la educación se debía basar en dos pilares, la gimnástica y la música. La gimnástica, además de disciplinas atléticas, de lucha o militares, incluía la danza, mientras que la música también incluía las letras, la oratoria y la poesía.

Una clave en la formación de todo individuo era el correcto equilibrio entre la gimnástica y la música. La formación debía ser integral. Como decía, “Los que practican exclusivamente la gimnástica se vuelven más feroces de lo que sería menester y, en cambio, los dedicados únicamente a la música se ablandan más de lo decoroso”. Por consiguiente, “el que mejor sepa combinar gimnástica y música y aplicarlas a su alma con arreglo a la más justa proporción, ese será el hombre a quien podamos considerar como el más perfecto y armonioso”.

Además, decía que si el músico cultiva la gimnástica podrá llegar a no necesitar la medicina para nada salvo en caso forzoso.

En cuanto a la educación física, decía Platón que hacía mejores a las personas no solo físicamente, sino también intelectual y moralmente.

Para él, era necesario que los jóvenes recibieran una escrupulosa educación física desde niños y siguieran ejercitándose a lo largo de toda la vida.

Las mujeres también debían recibir esa educación física. Incluso señalaba que las embarazadas debían realizar unos ejercicios físicos adecuados para dar a luz a niños sanos y fuertes.

A pesar de considerar que el ejercicio y la actividad física eran fundamentales para todas las personas, para su salud física, moral e intelectual, Platón criticaba los excesos de los atletas, ya que, decía, ese exceso era peligroso para la salud.

Aristóteles, su discípulo, también recalcaba la importancia capital del ejercicio físico en la formación de las personas y en su salud, pero también criticaba el insano sobreentrenamiento y régimen de vida de los atletas profesionales, su excesiva especialización y su sobrealimentación, que no permitían el desarrollo saludable del cuerpo.

Un texto muy interesante al respecto, de donde hemos sacado parte de la información de este artículo, es este: “Deporte y educación en la Grecia clásica”, de Fernando García Romero, de la Universidad Complutense de Madrid.

Como dice el resumen del artículo, para Platón “la educación física y la práctica del deporte tienen un carácter central en la educación del individuo ya que permite el desarrollo de los valores morales e incluso de las cualidades intelectuales”.

Nos resulta muy interesante esta concepción platónica de la educación física, no solo como un pilar fundamental de la salud de la persona, sino como una clave de su formación integral moral e intelectual en conjunción con su formación musical (música, letras, oratoria, poesía).

Sin duda hay mucho que podemos aprender de los clásicos.