Movimiento-Alimento, historia del cese ojalá que temporal de una relación ancestral.
En muchas ocasiones, en los asuntos relacionados con el buen funcionamiento de nuestro organismo y de nuestra salud, las cosas son más simples de lo que nos hace ver el gran bosque de datos, comparativas y estudios científicos.
¿Qué es más importante, comer bien o hacer ejercicio? es una pregunta que nos hacemos a menudo, y hay quien se atreve incluso a poner cifras y porcentajes, 80% de esto y 20% de aquello o lo que sea.
Simplificar e ir a lo básico a menudo ayuda a encontrar la respuesta, o al menos nos puede señalar la buena dirección.
En la naturaleza casi todas las especies animales necesitan moverse para obtener alimento, y nosotros no hemos sido distintos en este aspecto. Excepto en la actualidad, donde podemos obtener alimento constante y abundante sin necesidad de movernos. En ese sentido, vivimos en la era de la abundancia y el sedentarismo, una era nueva para nuestra especie.
Hemos roto esa relación ancestral entre movimiento y alimento que ha configurado nuestra fisiología. El buen funcionamiento de nuestro cuerpo depende muchísimo de esa relación ahora rota. Y esto sin entrar en qué tipo movimiento nos beneficia más (aquí comentamos nuestra visión al respecto) o qué tipo de alimento es el propio de nuestra especie (puedes leer aquí nuestra opinión).
En la naturaleza, durante el 99% de nuestra evolución, no podíamos obtener alimento sin movimiento, no hay una cosa más importante que la otra, son parte de un mismo todo.

En la foto podemos ver a un pequeño grupo de cazadores actuales en África. Como se ve, ya sea para conseguir comida o agua, tienen que salir a buscarla. No tienen ante sí un supermercado repleto de pasillos hasta los topes de comida, ni tampoco pueden hacer la compra por Internet para que se la traigan a casa. O se mueven o se quedan sin comer, no hay otra. Bueno, y la comida que pueden conseguir en ese entorno difiere sustancialmente de la que llena la mayoría de los pasillos de cualquier supermercado, eso también cuenta.
Tampoco es simplemente eso de gastar más calorías de las que se consumen, de menos plato y más zapato, la teoría simplista del balance energético, pues lo que comemos también importa, y mucho. No todo lo que comemos tiene el mismo efecto sobre nuestro cuerpo y sobre nuestra salud, pero de eso ya hablaremos en otro artículo.
El caso es que hoy en día, sin necesidad de movernos, comemos alimentos artificializados en abundancia, lo que nos hace sentir culpables, y sentimos que debemos pagar nuestra culpa haciendo ejercicio.
Convertimos así dos hechos biológicos naturales, alimentarnos y movernos, en una especie de crimen y castigo, y en el camino acabamos perjudicando nuestra salud en muchos planos.
Romper ese bucle artificial de crimen y castigo y recuperar la relación natural entre movimiento y alimento es una clave fundamental para recuperar y preservar nuestra salud. Y disfrutar naturalmente de todo ello.